era un monumento verdaderamente colosal, las chicas boquiabiertas al ver el tamaño de la famosa atracción turística en frente de ellas tomaron fotografías y señalaban a lo alto, siendo esta la primera vez que veían una construcción de esa envergadura levantarse frente a ellas.
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Sara: Gracias por traernos chicos, mi padre querrá ver estas fotos. Dijo apreciando la buena calidad de estas.
Liam: No podían irse de Londres sin sacarle fotos a esta preciosidad. Afirmó señalando el monumento.
Sofía: Es verdaderamente hermoso. Dijo aun contemplando su majestuosidad, mientras se cubría del sol con sus anteojos.
Fer: Si, es hermoso, pero estoy muy cansada tomemos un taxi y comamos algo en el departamento. Sugirió enteramente agotada.
Niall: Si quieres te cargo pero aun no pueden irse a su casa. Exclamó mientas la levantaba del suelo en sus fuertes brazos y la chica rodeaba su cuello.
Emma: Porque no? Que nos falta? Preguntó con esa hermosa sonrisa que la caracteriza.
Louis: Es una sorpresa. Dijo y empezaron a caminar un poco más.
Dani: Ya casi es hora de comer. Dijo ya que hacía como cuatro horas que no ingerían ningún sólido.
Zayn: Tranquila, ya nos preocuparemos por eso después. Dijo despreocupado.
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Caminaron unos cuantos minutos más y finalmente llegaron al River Thames. Un bote los estaba esperando y las chicas completamente fascinadas corrieron a subirse como niñas chiquitas. Los chicos las siguieron y una vez todos en el bote su paseo comenzó, como les era costumbre fotografiaron todo lo que les fue posible, la vista, las personas, sus reflejos en el agua, y uno que otro beso entre parejas. Unos minutos más tarde, el hambriento Nialler, sacó de debajo del asiento unas canastas de picnic, las chicas hambrientas las abrieron y dentro de estas había un millón de cajitas felices, con sus respectivos juguetitos. Todos devoraron rápidamente sus hamburguesas mientras disfrutaban infinitamente de la compañía y el hermoso paisaje que se abría paso delante de ellos a cada movimiento de los remos. Finalmente terminaron su comida y con ella, el recorrido. Bajaron de los botes y siguiendo el consejo de Fer, tomaron un taxi que los dejó en el departamento de las chicas. Una vez dentro, las chicas los invitaron a pasar y descansaron un rato. Se despidieron ya de noche y quedaron de verse al día siguiente.
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