Capitulo 11: Coincidencia? No lo creo!

Cada una de las chicas había abordado en diferentes líneas y diferentes horarios y pasaron 10 horas de vuelo sin imaginarse que este sería el mejor viaje de sus vidas, todo gracias a sus padres que habían preparado esta sorpresa para ellas.

Los chicos ya estaban de regreso instalados en su departamento en Londres, aun esperando recuperar sus vidas normales, pensaban en como ese concierto había cambiado por completo sus vidas, y con eso muchas de sus prioridades. Niall y Fer ya no se habían mensajeado ni nada porque ella le había contado que saldría de viaje. Entonces el rubio decidió tomarlo como una oportunidad para dejar de pensar en ella. Mientras los demás seguían sin quejarse, en tan solo un día todo parecía retomar su curso.

Tras 10 horas de viaje Sara fue la primera en tocar tierras inglesas, y no lo supo hasta que bajo del avión y escucho a la gente hablar, estaba algo aturdida por el viaje y los sollozos que había estado soltando durante el mismo, aun tenía miedo ni siquiera sabía a dónde ir o a quien recurrir. Cuando decidió tomar sus maletas y comenzó a caminar, totalmente aterrada y antes de cruzar la puerta de salida quiso llamarle a su mejor amiga, pero decidió no hacerlo y cruzo la puerta. Al salir encontró a un señor que sostenía un letrero con su nombre, ella desconcertada decidió acercarse a él y preguntó qué era lo que pasaba, él inglés le explicó todo y le dijo que su padre lo había contratado para llevarla a su departamento en el cual ella pasaría casi un mes. Aun con miedo siguió todas las órdenes del hombre que al cabo de unos minutos la dejó en la entrada del edificio céntrico, la ayudó a bajar su equipaje, y se marchó sin que ella se diera cuenta por estar contemplando la entrada el edificio, tomo sus maletas y entró, pasó a la recepción y la señorita muy gentilmente le preguntó su nombre y cuando ella lo hizo, le tendió las llaves de su habitación despidiéndola con una sonrisa y deseándole feliz estancia. Sara seguía sin comprender nada de lo que pasaba, pero como no tenía más a donde ir, subió el elevador hasta su departamento. Abrió la puerta y quedó maravillada con lo grande que era, pensaba que sus padres se habían lucido esta vez y decidió instalarse, el departamento era tan grande, elegante y tenía una hermosa vista a través de un ventanal que dejaba ver todo el interior desde afuera, le pareció extraño que el departamento tuviera tantas habitaciones pero escogió la más grande y comenzó a desempacar.

Media hora después de eso Sofía arribó, tranquila y decidida a pasarlo excelente camino hacía a fuera para ver donde se encontraba, cuando finalmente encontró a aquel hombre que sostenía un letrero con su nombre, ella se acercó a él y fresca le preguntó qué era lo que tenía que hacer, él la saludo cordialmente ayudándola con sus maletas, y como con Sara, al cabo de unos minutos la dejó en la entrada del edificio donde Sofía se hospedaría, con la sonrisa que siempre acompaña su rostro entró cargando todas las maletas con facilidad, dirigiéndose al señor que atendía el cual le preguntó su nombre y cordialmente le entregó la llave de su espacio, le dio las gracias y se marchó.

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Mientras tanto en el aeropuerto el señor de costumbre sostenía ahora un letrero con dos nombres, adentro del aeropuerto Fer caminaba hacia la salida mientras vio la figura de una chica gritona intentando cargar todas la maletas que tenía y con el gran espíritu de servicio que poseía se acerco para ayudarle. Sorprendida gritó y chilló mientras abrazaba a su mejor amiga Dani. Después de varios gritos más decidieron salir a tomar un taxi para ir por algo de comer ya que a Fer no le quedaban más donas, cuando salieron dispuestas al taxi vieron a ese hombre, y se acercaron a él, como era costumbre las recibió cordialmente y las bajó en la entrada de un edificio. Ellas no sabían lo que pasaba, juntas y cargadas de maletas entraron pensando que las dos podrían quedarse ahí. Una señorita les pidió sus nombres y, como a las otras dos chicas les entregó un par de llaves.
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Cuando Sofía llegó y abrió la puerta del departamento, Sara escuchó un ruido y espantada corrió a ver qué pasaba y expectante miró hacia la puerta que se abría lentamente. Vio entrar a su mejor amiga y corrió a abrazarla sorprendida. Mientras las dos gritaban y se abrazaban dando saltitos, un ruido de cerradura interrumpió su festejo y cuando se giraron hacía la puerta, vieron entrar a sus otras amigas. Era increíble gritaban y se abrazaban sin poder creer que sus padres habían preparado todo eso para ellas. Felices decidieron instalarse cada una en su habitación.